¿Que factores influyen?
La luz
Prácticamente todos los
seres vivos dependemos directa o indirectamente de la luz ya que ésta es la que
hace posible la función clorofílica mediante la que los vegetales sintetizan la
materia orgánica a partir de sustancias minerales.
Las únicas excepciones a
esta regla se encuentran entre algunos microorganismos muy especializados o
extremófilos como las bacterias que viven bajo tierra o en los extraordinarios
ecosistemas de las cuevas rumanas o de las fosas oceánicas que aprovechan el
calor terrestre y las emisiones sulfurosas.
Simplificando mucho se puede
representar la fotosíntesis a través de la siguiente fórmula:
La temperatura
El metabolismo de los seres
vivos exige temperaturas dentro de unos márgenes muy precisos. El frío excesivo
imposibilita los intercambios entre el suelo y las plantas, detiene la
asimilación clorofílica, ralentiza considerablemente la respiración y deteriora
los órganos o tejidos más expuestos. En cambio, temperaturas demasiado altas
desnaturalizan las enzimas de las que depende el metabolismo y dañan o
destruyen las estructuras moleculares y membranas celulares. Por eso, la vida
es muy difícil por debajo o por encima de -10 y 50ºC respectivamente.
El agua
El agua es el vehículo que
permite el transporte tanto de los nutrientes como de los productos
sintetizados por los vegetales. Todos ellos circulan de forma incesante en el
interior de las plantas en forma de savia bruta o elaborada y constituyen una
parte muy importante de su volumen (cerca de la mitad del peso de las plantas,
y hasta el 90% del de ciertas hojas, está constituido por agua).
El viento
Directa o indirectamente el
viento ejerce una influencia constante sobre los seres vivos aunque su
incidencia real depende de la intensidad y en la mayor parte de los casos su
existencia no perjudica a las especies ni resulta determinante en su
distribución:
- Una suave brisa resulta agradable a la mayor parte de los animales y favorece los intercambios gaseosos y, con ellos, la fotosíntesis de las plantas. Por otra parte, el viento ayuda a dispersar los frutos y semillas y es aprovechado por muchos animales migratorios para facilitar sus desplazamientos.
- Sin embargo, un viento excesivamente fuerte resulta siempre desfavorable ya que puede arrastrar o poner en peligro a numerosos animales y tiene un efecto desecante ya que incrementa mucho la transpiración. Bajo sus efectos las plantas se ven obligadas a cerrar los estomas para evitar la deshidratación lo que bloquea la fotosíntesis. Por supuesto, los vientos más fuertes pueden descuajar árboles o producir graves daños físicos en las plantas.
El espectro biológico
Los factores climáticos
susceptibles de determinar la distribución de los seres vivos producen efectos
a escala regional (con la única excepción del viento que, en muchos casos,
puede también adquirir importancia a escala local). Ello hace que las distintas
especies de una misma zona tiendan a adoptar mecanismos y morfologías similares
para superar de la mejor forma posible los periodos más desfavorables del año
(normalmente la estación fría pero también, a veces, la estación seca).
Editado por: Carolina Lara
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